El control de las ideas en la mente

Antes de pensar en el control de las ideas que se mueven en nuestra mente debemos centrarnos en cuales son estas ideas. Aunque parece que todos sabemos muy bien, que pensamos, siempre es una buena opción hacer una pausa, tomar distancia del pensamiento y tratar de reconocer el pensar presente y las causas que lo han establecido en nuestra mente.

La mayoría de los pensamientos surge del pasado o del condicionamiento que este representa. Son más bien repeticiones o reordenamientos en la estructura mental. También están las fantasías que ocupan gran parte de la energía pensante y crean los mundos imaginarios donde pasamos parte de la vida. Muchas veces el espacio mental es ocupado por las justificaciones de nuestros actos o sentimientos. Todo esto origina un sostenido murmullo interior del que luego nos cuesta prescindir.

Es tan inmenso y fascinante el universo del pensamiento humano que nadie debería perderse el escudriñar dentro de sus maravillas y milagros, tanto lo más positivo como lo más negativo puede encontrar su lugar dentro de él. En sintonía con lo superior o atrapado por la tentación puede hacernos vivir en libertad o quedar atrapados en su telaraña. Muchos son los métodos para controlar el pensamiento en la mente, sólo debemos practicar alguno. El camino del conocimiento de sí mismo comienza con la limpieza del pensar y el estudio de sí mismo.

Aprendamos a sintonizar nuestra mente con las ideas que nos permitan liberarnos del pensamiento recurrente, que nos lleven a entender el por qué y el para qué de las cosas, que nos dan sentido, significado y dirección en la vida. No permitamos que el sueño del tiempo no nos deje conocer el silencio de la mente, donde la claridad de las ideas fluye ordenadamente mostrando todas sus virtudes y sirviendo para armonizarnos con el todo. Así conoceremos la unión.


Por una Paz Sustentable

Una nueva amenaza de guerra aparece en el horizonte de la humanidad y, una vez más, se nos propone la destrucción el hambre y la muerte como solución de los conflictos entre los hombres. Vemos, al mismo tiempo, una oposición al inicio del conflicto y la expresión abierta y mundial de esta idea.

Nos preguntamos si será el tiempo de lograr sostener la paz entre los hombres, si seremos capaces de detener el inicio de algo que presenta la violencia, la mentira y la codicia como un valor. Tal vez sea esta una nueva oportunidad de discernimiento, donde cada uno debe poner las cosas en su lugar. Quizás creemos que no tenemos nada que ver con la guerra, que ya tenemos muchos problemas para resolver y que no podemos hacer nada.

Los pensamientos de toda la humanidad tejen una enorme trama a nuestro alrededor y cada uno colabora con este tejido invisible. Si es nuestro objetivo hacer que este mundo sea un lugar digno de habitarse y que podamos sostener la paz, debemos entonces clarificar nuestros pensamientos y apostar fuertemente en la solución pacifica de cualquier conflicto humano.

Asumamos ardientemente el pensar en la paz, la colaboración, el amor, la solidaridad, la verdad y la comprensión como los valores que guíen nuestros actos. No dejemos pasar un solo día sin elevar un pensamiento pacificador y tomar conciencia de que lo que sucede en esta realidad que nos toca vivir depende de lo que aceptemos en nuestro interior.

La Verdad es la fuerza que sostiene la Paz.


La Otra Realidad

Al conocer otras culturas y modos de vida, podemos observar que existen diferentes puntos de vista sobre como debemos hacer las cosas, lo que es correcto e incorrecto, los derechos de cada uno, la forma de administrar y distribuir los bienes públicos y privados, etc.. También vemos que hay distintas concepciones sobre el sentido de la vida, las religiones, la moral, la educación y, si seguimos la historia de la humanidad, nos sorprenderá como en distintas épocas dominaron sobre esas sociedades pensamientos de un orden distinto y en algunos casos totalmente diferentes.

Todo esto nos hace reflexionar sobre cual es la realidad de las cosas si lo que sentimos o pensamos condiciona la verdad y la concepción del momento. Es sabido que ante cualquier evento dos personas describirán los sucesos de forma diferente y asegurarán que lo que dicen es verdad, nos lleva esto a concluir que la llamada realidad es una concepción relativa al tiempo y lugar y dependerá totalmente de las cualidades del observador.

Cada ser humano representa en sí mismo otra realidad que vale la pena conocer, que nos puede enriquecer y ampliar nuestro modo de ver las cosas. Aprovechemos nuestro corto tiempo de vida para comunicarnos y compartir abiertamente los puntos de vista de cada uno tratando de comprender las diferencias y confirmar las concepciones compartidas. Las relaciones humanas dentro de una sociedad tienen el objetivo de mejorarla, de encontrar opciones que mejoren el modo de vida para todos, que resuelvan las dificultades y avancen hacia un futuro promisorio.

Seamos concientes de que existen otras realidades más allá del mundo de nuestras creencias y aprenderemos a convivir dentro de este planeta maravilloso.


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